Lágrimas


Reescrito en español el 28 de noviembre de 2012.
  


Durante los primeros años en que llegué a España, iba casi todos los días al Museo del Prado. Me emocionaba con la existencia de un museo lleno de joyas pictóricas, y al mismo tiempo me tranquilizaba por la posibilidad de poder ver cuando quiera con lo que agradecía sin saber a quien debía agradecerles.

La entrada era gratis para todos los españoles y a los estudiantes extranjeros con acreditación. Hasta 1819 (desde 1912 empezó a llamar el museo del Prado) no estaba abierto para el público, por lo que si un pintor de corte como Goya tenía una exclusividad privilegiada para ver las pinturas de Velázquez y de otros maestros españoles, italianos y holandeses, pero era imposible para otros pintores y ciudadanos de la calle. La entrada gratis era como una invitación generosa ''¡Entren cuando apetezcan!''

De vez en cuando me preguntaba cómo conservaban las obras de Velázquez, Rubens, Greco, Rembrant, Titiano, Bosco, Tinttoret, Fra Angelico, Botticelli, Goya, etc durante los años de guerra. Han publicado un libro sobre ese tema. La conservación de las obras de arte no era solo para las del Prado sino también las de Académia de San Fernando, de El Escorial, El Palacio Real, Iglesias, conventos, casas nobiliarias y otros museos para protegerlas de saqueos y bombardeos.

Arturo Colorado Castellary. Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil. Cátedra. Madrid, 2008. ISBN: 843762441

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